Seguramente usted se siente preocupado por el uso que su hij@ hace de Internet y las redes sociales. Por eso está visitando esta web.
Es cierto que oímos en las noticias cada día casos inquietantes de ciberacoso y otro tipo de amenazas que planean sobre nuestros jóvenes.
¿Qué hago? ¿Como lo evito? ¿Debo restringirle toda clase de dispositivo electrónico y negarle el acceso a Internet?
Hacernos esta pregunta hoy en día es mas o menos como preguntarnos si debemos meter a nuestr@s hij@s en una burbuja protectora y no permitirles salir a la calle ni mantener contacto con otras personas para evitar cualquier tipo de daño, enfermedad o lesión.
Es innegable que el uso de Internet se extiende a todos los rincones y aspectos de nuestra vida más cotidiana. Es un medio de comunicación rápido, en tiempo real y un gran recurso para buscar cualquier tipo de información.
No es que nuestros hij@s se enfrenten a amenazas nuevas o muy distintas a las que nos podíamos enfrentar nosotros en nuestra adolescencia. Peligros como el acoso escolar o la pederastia ya existían antes, pero las nuevas tecnologías hacen a los adolescentes más vulnerables a ellos, y el poder de Internet hace que ese acoso sea extensible a cualquier hora y en cualquier lugar, incluso estando en el hogar.
No es cuestión tampoco de sembrar la alarma social y pensar que un adolescente con un dispositivo electrónico en la mano va a ser víctima de algo horrible sólo por estar conectado a Internet.
Simplemente es es cuestión de conocer las amenazas a las que se enfrentan y tomar ciertas precauciones.
Por ejemplo, no todo el mundo sabe que la edad mínima en España para tener correo electrónico (fuera de servidores escolares) y participación en redes sociales es de 14 años
Es cierto que oímos en las noticias cada día casos inquietantes de ciberacoso y otro tipo de amenazas que planean sobre nuestros jóvenes.
¿Qué hago? ¿Como lo evito? ¿Debo restringirle toda clase de dispositivo electrónico y negarle el acceso a Internet?
Hacernos esta pregunta hoy en día es mas o menos como preguntarnos si debemos meter a nuestr@s hij@s en una burbuja protectora y no permitirles salir a la calle ni mantener contacto con otras personas para evitar cualquier tipo de daño, enfermedad o lesión.
Es innegable que el uso de Internet se extiende a todos los rincones y aspectos de nuestra vida más cotidiana. Es un medio de comunicación rápido, en tiempo real y un gran recurso para buscar cualquier tipo de información.
No es que nuestros hij@s se enfrenten a amenazas nuevas o muy distintas a las que nos podíamos enfrentar nosotros en nuestra adolescencia. Peligros como el acoso escolar o la pederastia ya existían antes, pero las nuevas tecnologías hacen a los adolescentes más vulnerables a ellos, y el poder de Internet hace que ese acoso sea extensible a cualquier hora y en cualquier lugar, incluso estando en el hogar.
No es cuestión tampoco de sembrar la alarma social y pensar que un adolescente con un dispositivo electrónico en la mano va a ser víctima de algo horrible sólo por estar conectado a Internet.
Simplemente es es cuestión de conocer las amenazas a las que se enfrentan y tomar ciertas precauciones.
Por ejemplo, no todo el mundo sabe que la edad mínima en España para tener correo electrónico (fuera de servidores escolares) y participación en redes sociales es de 14 años